
Si has estado en la plaza del Palacio de las Bellas Artes seguramente lo has visto pero si no lo conoces te contamos algo de su historia y arquitectura.
Este poema es una aventura de una mariposa nocturna que entra en la habitación de una persona dormida. La mariposa se comunica con la persona, y le muestra su belleza, su misterio y su poder.
CulturizArte 21 de marzo de 2022 Fabiola AmaroMariposa nocturna
I
Tapada, bajo el edredón, abrí los ojos y ahí estaba
hablando conmigo
hoja cíclope pegada en mi almohada.
Sabe de mi tierno temor, sabe que en tres segundos
yo también apostaré por mis alas.
Saldré a la oscuridad, asomaré la cabeza.
Y ella se habrá ido, cubierta de mi contemplación infantil.
II
Como esmeralda, coronada de mis miedos
brillante, casi fluorescente me mira con su ojo saltón
extiende las alas, me patea los nervios
observa anclada en el techo, laureles en las antenas.
No dejaré que se alimente de mi néctar, esta vez no
Fingiré que duermo, que soy jorobada, que soy de espinas
Que me salen plumas, que soy colibrí, fingiré que no huyo.
III
Vuelve a casa bailando con su jade
mis manos se desvanecen
Perdona, no habrá más episodios nocturnos.
Estoy sentada, observando por la ventana mi lencería
ella se transforma en hiedra, avanza por la pared
su ojo me mira y se impregna en la corteza de un árbol
textura de piedra, asombro
se viste de gesto, nostalgia, de letra.
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