Entre Saltos y Medallas: México en la Copa Mundial de Gimnasia Aeróbica

La Copa Mundial de Gimnasia Aeróbica Competitiva 2024 en Cantanhede, Portugal, ha concluido, dejando un legado de momentos memorables y logros impresionantes. Con la participación de 21 países y un total de 1074 personas entre atletas, entrenadores, jueces y organizadores, el evento se consolidó como una celebración de la excelencia deportiva y la camaradería internacional.

La delegación mexicana, con su talento y dedicación, puso en alto el nombre de México, llevando a casa no solo medallas sino también el reconocimiento internacional.

En una actuación que capturó la esencia de la coordinación y el arte, Elizabeth Quintero y Mario Nava, ambos prodigios de Monterrey, Nuevo León, se elevaron por encima de la competencia para reclamar la medalla de oro en la categoría de parejas senior. Su rutina, impregnada de pasión y precisión técnica, no solo les valió el primer lugar sino que también encendió el espíritu competitivo del evento. La victoria fue un momento emotivo, marcando un hito para México y demostrando la fuerza y el corazón que caracterizan a sus atletas.

Iván Veloz Velázquez, un icono de la gimnasia aeróbica mundial, añadió a su impresionante trayectoria una medalla de plata en la categoría individual varonil. Su actuación, una mezcla de técnica y expresión, fue una verdadera manifestación de la gimnasia aeróbica como un deporte que utiliza el arte para expresar el esfuerzo físico. “Agradezco a mis entrenadores, Martha, Alejandro, Aldrin, mis compañeros y amigos, a la Comisión Nacional de Deporte y a mi federación,” comentó Veloz Velázquez al ganar la presea plateada.

Acompañado por su entrenadora Martha Leyva, cuya guía ha sido fundamental en su trayectoría como campeon mundial en 2014, medallas en los campeonatos mundiales de 2016 y 2018, y una final en 2022, Veloz ha establecido un récord sin precedentes en México. Diez veces campeón panamericano y múltiple medallista en copas del mundo, su reciente segundo lugar en Cantanhede y quinto lugar en trío con Mario y Fernanda, añaden capítulos de orgullo a la historia deportiva de México. Su trayectoria es un testimonio de excelencia y un faro de inspiración para atletas en todo el país y más allá.

Fernanda González, la primera mexicana en ganar una medalla de bronce en el campeonato mundial de 2023, junto a Mario Nava, medallista panamericano y finalista mundial, y en equipo con Iván Veloz, consiguieron el quinto lugar en la categoría de trío, arrebatando los aplausos y apoyo del público en una ejecución apasionada y brillante.

Elizabeth Quintero, campeona nacional y originaria de Monterrey, Nuevo León, junto a Mario Nava, ganaron el primer lugar en la categoría de parejas senior, en un ambiente emotivo y competitivo. En individuales, tanto Fernanda González con el 12º puesto y Mario Nava con el 11º, consiguieron una puntuación clasificatoria y un futuro prometedor de camino al Campeonato Mundial.

La joven promesa, Daniela González de 14 años, participó en la categoría individual junior con una excelente demostración de talento mexicano.

La entrenadora Andrea Sandoval compartió que la preparación de los atletas es rigurosa, con entrenamientos de seis a siete días a la semana, a veces con sesiones dobles. “El equipo cuenta con el apoyo de nutriólogos, fisioterapeutas y psicólogos, asegurando un enfoque integral para alcanzar la excelencia,” afirmó Sandoval.

La combinación en el equipo de entrenadores es digna de mención, ya que el head coach Saúl Castorena, junto con la coach Andrea Sandoval, hicieron una mancuerna excelente con la coach Martha Leyva en la preparación del equipo de gimnastas aeróbicos mexicanos en esta justa deportiva en el Pavilhão Marialvas en Cantanhede. Es importante mencionar que la juez Luz Delfín, de la UNAM, fue miembro del jurado calificador de la Copa Mundial y parte de la delegación azteca.

La participación de México en Cantanhede ha sido un testimonio de la habilidad y el compromiso de sus atletas, y una fuente de inspiración para las futuras generaciones. Con cada salto y cada medalla, la delegación mexicana ha demostrado que la gimnasia aeróbica es más que un deporte; es una expresión de vida, arte y comunidad.