Subsidiariedad; ¿Primero los pobres?

El lema de Andrés Manuel López Obrador desde hace casi 20 años siempre ha sido “por el bien de todos, primero los pobres” sin embargo, con esta afirmación, bajo la mediocridad del mal menor y los estragos de su gobierno que afectan directamente a la sociedad más pobre del país sus palabras, como todo en su mandato, sin sentido.
 
A raíz de la pandemia por Covid-19 en México tenemos un récord en el incremento de la pobreza extrema según la Coneval, entre el primer y tercer trimestres del año, el ingreso laboral real per cápita tuvo una disminución de 12.3 por ciento al pasar a mil 675.21 pesos al mes, el más bajo desde finales de 2017. En el mismo periodo se registró un aumento de la pobreza laboral de 35.7 a 44.5 por ciento.
 
Esto destaca que estamos probablemente ante el incremento más alto en pobreza extrema, revirtiendo los avances en materia de desarrollo social y afectando a los grupos más vulnerables, principalmente.
 
Recuerdo en mis inicios en la política, bajo la influencia de mi abuela, el rostro de AMLO como una esperanza frente a la desigualdad, un hombre a quienes las personas seguían por su empatía con los mas pobres. Su lucha hacia la presidencia estaba acompañada de grupos vulnerables que se sentían identificados y que en su anhelo de justicia, lo seguían sin cuestionar.
 
Si bien el poder no es el fin, sino el medio, parece que para algunos es solo un cargo que pueden usar a su antojo olvidando sus promesas. Desde chicos nos enseñan a no prometer lo que no vamos a cumplir, quizá sería bueno que alguien se lo dijera al presidente.
 
Mucho discurso en forma pero sin fondo, ¿De qué sirve decir “primero los pobres” si ya que llegaste al poder te olvidaste de ellos? Ya que no se trata únicamente de erradicar la violencia, la desigualdad y la marcada pobreza sino de hacer frente coherente a la construcción de un estado subsidiario.
 
El principio de Subsidiariedad implica la creaciones de condiciones necesarias para que las comunidades mas pobres puedan desarrollar actividades autoresponsables, autosugestionadas y creativas. Asegurando que cada individuo, independientemente de su origen, pueda tener acceso a los medios para cubrir sus fines. 
 
Es necesario recordar que la política no solo es el arte de lo posible sino también de hacer posible lo necesario, apoyándose en la justicia en el reconocimiento de derechos pero también de obligaciones para la construcción del bien común, siempre perfectible.
 
Bajo el discurso de “primero los pobres” la línea del gobierno actual se encamina al asistencialismo que limita las capacidades del ser humano al proveer bienes y servicios sin llegar a dar soluciones reales a los problemas sociales. Ignorar el fondo del problema de la pobreza es la principal causa de que la gente se encuentre en un estado permanente de necesidad. 
 
El asistencialismo no está diseñado para que la gente crezca, ni se vuelva autosuficiente. Lo que menos quiere el beneficiador es que quien recibe el apoyo se convierta en persona libre, eso es amenaza, pierde el control sobre ellos.
 
No perdamos de vista que el control y el poder lo tiene el presidente hasta que sale de su periodo de mandato pero que los problemas permanecen. La punta del iceberg de la pobreza trae de fondo la corrupción asistencialistas que no permite a un México justo y próspero.
 
Deseo que previo al próximo periodo electoral asumamos libres los principios de Solidaridad y Subsidiariedad para asegurar, como políticos, que cada persona pueda salir adelante y volverse arquitecto de su propio destino con las herramientas necesarias para garantizar una vida digna y no una realidad impuesta por el Estado.

Columna Pacto Humanista de María José Valdés

María José Valdés