Ser Provida: más que un adjetivo, una forma de vida. REPLICA CELESTE.

Columna "A través de la Metamorfosis" de Coraima Leura para PolíticArte

“No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos.”

-Martin Luther King

Muchos adjetivos nos describen, pero pocos nos hacen justicia, y los más populares son los menos acertados.

Somos uno de los grupos sociales más atacados, desde el origen de nuestro nombre la mayoría de las personas emiten juicios sobre nosotros al instante y pocos son constructivos o positivos. Hemos sido llamados intolerantes por aquellos que desde la ironía no nos han mostrado tolerancia, hemos sido llamados antiderechos por aquellos que promueven el mayor antiderecho de todos. Nos han encasillado en la ignorancia aquellos que se han apartado de la lógica, la ciencia y el estudio. Hemos sido vistos como personas crueles y sin empatía por aquellos que han abrazado el homicidio desde la falacia.    

El mundo avanza sin visión y es fácil ver cómo arrastra a las personas al convencimiento de que es preciso olvidarse de los valores, el criterio y la humanidad, como si se tratase de un lastre del cual es preciso prescindir. La juventud es un blanco fácil de ser persuadido por las ideas novedosas que le representen una falsa libertad o un sentimiento aparente de independencia y control sobre sus vidas.

Todo el mundo está muy ocupado siendo “políticamente correcto y progresista” que dejan de lado su capacidad inherente de análisis y sucumben ante la presión social de sumarse a la incoherencia por el solo hecho de su popularidad. Está de moda ser de “mente abierta” así que decidimos que aunque no estemos de acuerdo dejarlo pasar es lo más inteligente. Y aunque aparentemente para muchos casos pueda resultar solo una muestra de tolerancia y respeto, hay casos en los que “dejar pasar algo” nos convierte en cómplices de actos atroces, la omisión es también una pesada carga moral.

Y no por esto debe entenderse que la postura ofensiva es la correcta, ya que no hay nada más errado que el asumir que el movimiento celeste busque o propicie la hostilidad para con las personas pertenecientes a los movimientos adversos. Esencialmente y quizá empíricamente desde mi perspectiva como alguien perteneciente a la familia provida puedo afirmar que las y los integrantes coherentes en verdad no promovemos ningún tipo de aversión. Puesto que sería algo sumamente contradictorio e incorrecto por no decir impensable de lo que en realidad constituye el perfil de alguien que se catalogue como provida.

Entendemos que todos tenemos derecho a tener nuestro criterio y nuestras convicciones, también entendemos que detrás de la postura individual hay una historia personal que influye y dirige muchas de nuestras elecciones en la vida. No hablamos desde nuestro privilegio, como muchos afirman, hay dentro del movimiento muchas personas que tuvieron experiencias realmente duras, con situaciones desfavorables, panoramas poco alentadores y nulo soporte o respaldo humano.  Conocemos muchas de estas circunstancias, y no solo las conocemos, sino que nos involucramos, no somos pasivos ante muchas de estas realidades, porque ya sea en primera o tercera persona tomamos parte del contexto.

Particularmente pienso que usar el argumento del privilegio es sumamente ambiguo, no sólo porque se asume que el criterio razonable es desestimable solo porque no se respalda con una situación catastrófica personal, sino porque también pretende hacer menos la opinión de quienes nos involucramos ayudando desde nuestras posibilidades por el simple hecho de no ser objetos directos de la problemática y como plus hacernos sentir culpables por ello, lo cual se reduce a un absurdo total. Nadie tendría porque atravesar por una situación crítica para que entonces y sólo entonces se tome en serio su opinión, porque qué mensaje estamos acreditando entonces realmente respecto a la libertad de expresión y la participación social.

Como defensores de la vida, la dignidad y la humanidad nuestro fin primordial es evitar las situaciones críticas que dañen o demeríten la vida y dignidad de cualquier persona, por ende, gran parte de nuestra actividad se verá enfocada a la prevención de estas situaciones. Porque, aunque participamos en trabajos de contención, entendemos que un paso decisivo en esta lucha se encuentra en las medidas de prevención que podemos aportar y que son clave.

Hay que entender que no somos un grupo de fanáticos religiosos como también se nos ha señalado, porque el movimiento siempre ha estado abierto y no condicionado a una creencia en particular. Si bien es cierto estadísticamente un gran porcentaje de nuestros miembros tiene afinidad con cierta doctrina, eso puede deberse al hecho de que la formación espiritual respalda mucho el sentido moral de las personas, sin embargo, no es una cuestión exclusiva. Y si vamos más allá tampoco tendría porque ser un tema relevante que se nos encasille en un adjetivo despectivo nuestra libre elección por profesar una religión cualquiera que esta fuese.

Derivado de este punto también pudiésemos mencionar que muy por el contrario de lo que las demás personas piensan sobre nuestra preparación, somos personas totalmente comprometidas con la formación continua en pro de nuestra lucha. Dentro y fuera del alcance de la fundación los voluntarios y coordinadores a pesar de la diversidad de nuestros perfiles profesionales, compartimos la formación de nuestro perfil humanista, y no solo eso sino que también aportamos dentro de la diversidad de esos mismos perfiles todo aquello que nutra a nuestra comunidad y nos pueda brindar herramientas para llevar a cabo nuestra labor. De tal forma que abogados, médicos, psicólogos, etc. brindan sus conocimientos a través de charlas, conferencias y talleres de temas específicos y abiertos al público en general no solo a los miembros de la fundación, cumpliendo al mismo tiempo con otro de nuestros objetivos; la difusión del conocimiento.

Nuestro movimiento se diferencia de otros porque más allá de un grupo, nos hemos convertido en una familia por más utópico o increíble que eso suene, y no es una afirmación vacía, no lo decimos solo porque compartimos una idea, o porque nos abrazamos para una foto en alguna marcha, o nos llamamos para crear polémicas en redes. Nosotros nos apoyamos en el sentido extenso de la palabra, tratamos de ser luz y soporte para quien lo necesite, una garantía es que dentro de la fundación tendrás un acompañamiento muy sincero y desinteresado. Y que aún cuando pienses diferente a nosotros nuestras actividades, capacitaciones y nuestro trabajo está al alcance y vista de todos siempre. Por lo que es muy fácil el acercamiento, más sabiendo que no serás el blanco de un mal trato o un prejuicio de nuestra parte, ya que siempre buscamos conducirnos desde el amor y el respeto que nos gustaría recibir también, pero que nunca condicionamos para ser cordiales.

Estoy segura que hay muchas más cosas que podríamos objetar respecto a la visión difamada o distorsionada que muchas veces tenemos que cargar por ser oposición, sin embargo, el objeto primordial de este artículo es solo dar claridad a las objeciones más difundidas respecto al movimiento provida para poder explicar quiénes somos, qué hacemos y cómo lo hacemos, es también justo aclarar quienes NO somos y qué NO hacemos.